En los años cuarenta, Xalapa era aún una ciudad pequeña, con pintorescas casas de tejas y macetas en los balcones, rodeada por dispersos barrios. Era común que las mujeres lavaran en lugares públicos, donde además se entretenían con chismes y comentarios de la vida ajena. Acostumbraban también a dejar ropa tendida al sereno para blanquearla. […]