Sí, si realmente disfrutas caminar por las calles de Xalapa habrás notado, si eres xalapeño o acabas de llegar a vivir aquí, que la bugambilia abunda en los jardines de las casas y de las calles de esta hermosa ciudad.
Abundan con sus colores rosa mexicano, naranja, blanco, lila… colores realmente hermosos y vistosos que crean un ambiente de alegría en donde se encuentren. Incluso, si son un poco más sentimentales, como la editora de esta página, es posible que al verlas vengan recuerdos de la infancia, en la casa de las abuelitas.
Las bugambilias son enredaderas, así es, de porte arbustivo que llegan a medir hasta 12 metros de altura y crecen en cualquier terreno. Gracias a sus afiladas púas que tienen se enredan en otras plantas, estas púas tienen en la punta una sustancia cerosa negra.
La bugambilia necesita mucha luz para crecer, de lo contrario perderá sus hojas y el verano siguiente ni florecerá. Requiere también de una temperatura mínima entre 7°C y 10°C y máxima de 21°C, así como un suelo rico en humus, bien drenado, que puede estar abonado con composta.
El suelo debe ser siempre húmedo, en especial en primavera y verano. En otoño e inviern sus hojas caerán y por el frío, los riegos deben ser espaciados. Si llegara a perder todas las hojas, habría que regarla muy poco y, si estuviera plantada en tierra, menos aún.
Para tener una linda forma, es necesario utilizar alambres o cuerdas para sujetarlas. En el caso de que sean ejemplares crecidos en un corto plazo y en tiestos más pequeños, requieren pinzamientos repetidos en los tallos. En general, se puede permitir que el tallo principal crezca hasta unos 90 o 150 centímetros.
Las cochinillas, sí, esos animalitos que pican horrible, son sus peores enemigos porque chupan la savia de las hijas y los tallos tiernos. Además, excretan un líquido azucarado sobre el que se asienta el hongo Negrilla.
También los pulgones y araña roja las lastiman. Los pulgones provocan hojas arrugadas y brotes tiernos deformados, mientras que la araña roja causa manchas amarillentas.
Respecto a las enfermedades, uno de los problemas más habituales es el moho blanco, que forma una capa de este color sobre las hojas. Si las hojas están amarillas puede deberse a una clorosis por falta de nutrientes, sobre todo, de hierro.