Por: Luis A. Salmerón
Juan de la Luz Enríquez nació en Tlacotalpan, Veracruz el 16 de mayo de 1836. Más tarde, ingresó al Colegio Militar, del que se graduó en 1855 como subteniente de Ingenieros. Durante la Guerra de Reforma (1857-1860) se sumó a las fuerzas liberales del general veracruzano Ignacio de la Llave; bajo sus órdenes logró ascender a mayor de infantería.
Durante la Segunda Intervención francesa (1862-1867) participó en la batalla de las Cumbres de Acultzingo; la célebre de Puebla del 5 de mayo; las batallas de Miahuatlán y Carbonera, ambas en Oaxaca; el asedio a la capital de ese mismo estado; la toma de Puebla el 2 de abril de 1867, y finalmente el sitio y ocupación de la ciudad de México. En casi todas esas acciones estuvo bajo el mando del general Porfirio Díaz.
Al estallar la rebelión de Tuxtepec que llevó a Díaz al poder en 1876, Enríquez apoyó a su antiguo jefe, quien premió su lealtad al ascenderlo a general de brigada en 1877 y lo nombró comandante de las fuerzas militares de Tabasco, Yucatán, Campeche y Chiapas. Al final, tras 35 años y nueve meses de servicio, dejó la carrera militar para dedicarse a la política.
El 1 de diciembre de 1884 rindió protesta como gobernador de Veracruz, cargo que desempeñaría hasta su muerte en 1892. Durante su mandato trasladó la capital del estado de la ciudad de Orizaba a la de Xalapa y fundó, con la ayuda del educador de origen suizo Enrique C. Rébsamen, la Escuela Normal Veracruzana, primera en su tipo en todo el país.
En 1888, gracias a las reformas políticas que permitieron a Díaz reelegirse como presidente, Enríquez hizo lo propio como gobernador de Veracruz, aunque la popularidad con que inició su primer mandato había disminuido notablemente y para 1892, cuando se preparaba su segunda reelección, enfrentaba una dura oposición encabezada por Teodoro Dehesa. Sin embargo, no se enfrentaron en las urnas, ya que Enríquez murió de un ataque al corazón unos meses antes de la elección, el 17 de marzo de ese año.
Tras su muerte, la legislatura de Veracruz lo declaró Benemérito del Estado y el ayuntamiento xalapeño solicitó que la ciudad llevara el nombre de Xalapa-Enríquez, además de que escuelas, plazas, calles, colonias y comunidades cambiaron su nombre para rebautizarse en honor al gobernador; entre ellas la calle Real, una de las vías principales, de más tradición de la capital veracruzana y que pasa justo frente al Palacio de Gobierno.
El artículo «Juan de la Luz Enríquez» del autor Luis A. Salmerón, se publicó íntegramente en Relatos e Historias en México, núm. 99.