Hace mucho tiempo, llegó a radicar a Xalapa un español que había emigrado a México en busca de mayor riqueza. Vivía con una hija, que estaba enamorada de un joven muy pobre. Un día, el muchacho fue a platicar con el padre de ella, para pedir su mano. El comerciante le dijo rotundamente que no, porque él era poca cosa. Así, después del fracaso, el enamorado decidió irse de la ciudad en busca de fortuna y regresar lo más rápido por su prometida. Sin embargo, pasaron los meses sin que la chica tuviera noticias, y comenzó a enfermar de tristeza, hasta morir recordando las palabras del momento de la separación: “Nuestros corazones eternamente estarán juntos.”
Al fallecer la hija, el padre, acosado por el arrepentimiento y la culpa, buscaba refugio y consuelo en las palabras de los sacerdotes. En cierta ocasión, uno de los párrocos le contó un sueño que tuvo: había visto que el señor iba tra una mariposa de bellos colores, que se detenía en un lugar donde él debería construir una capilla. También le dijo que después de esta buena acción encontraría la paz, tan buscada desde hacía tiempo.
Confortado el español salió de la sacristía cuando vio una mariposa que revoloteaba delante de él. Teniendo presente el sueño, la persiguió hasta el sitio donde ella finalmente se asentó. Allí, construyó lo que hoy se conoce como Iglesia de Los Corazones.
Bibliografía: Espejo, A. (2011). Historias, cuentos y leyendas de Xalapa. 3rd ed. Xalapa, Ver., Mex.: H. Ayuntamiento de Xalapa, Ver., pp. 38, 39.